sábado, 10 de mayo de 2014

HISTORIA REAL DE UNA MAMÁ GATITA

HISTORIA REAL DE UNA MAMÁ GATITA

   Os quiero contar una historia que he vivido este último año y que es real. Quiero compartirla con ustedes porque es muy bonita y con un final feliz.
  Trata de una gatita blanca que apareció a finales del verano pasado en mi calle. Era una gata blanca, estaba un poco sucia y delgada, pero era muy tranquila y buena. Se dejaba acariciar y venía cuando la llamabas. No tenía chip y pensamos que era callejera.
  Entre los vecinos le dabamos de comer. Unas veces le daba un vecino y otras veces, cuando la veía por mi puerta le daba comida de mi gata.




  Así fue pasando el tiempo, hasta que pasó el otoño y llegó el invierno. Se refugiaba debajo de los coches o donde pudiera encontrar un sitio para refugiarse del frío y la lluvia.
 Un día de invierno nos dimos cuenta que tenía la barriguita más gordita y es que estaba embarazada, esperando gatitos.
  Siempre que la veía, salía a darle comida y agua, hasta que un día dejamos de verla por la calle y pensé que estaría escondida porque habría tenido ya a sus crias y no podía dejarlas solas. La estuvimos buscando por el parque y las calles cercanas, pero no aparecía.
  Y pasadas unas dos o semanas, me enteré por el otro vecino que ya había parido y que estaba resguardada en la terraza de una vecina.
  Por lo que sé, tuvo a sus dos gatitos, un macho y una hembra, en otro sitio; pero los trasladó hasta una terraza de una vecina en el primer piso. Los trasladó en su boquita y allí arriba los protegía y alimentaba.
Le dije a esa vecina que mirara por su jardín que había una gatita y sus crias, y ella me dijo que no los veía. Y era porque estaban en la terraza y allí no los vió.
  Pero un día me llamó la vecina diciéndome que los había encontrado en su terraza. Fuí corriendo y les hice estas fotos que os paso. Ya los gatitos estaban crecidos y eran monísimos. Uno tiene los ojos azules y el otro, tiene un ojo verde y otro azul, como mi gata.









  Luego hicimos todo lo posible por encontrarles una familia que los acogiera y fueron adoptados. Y la mamá gata se quedó otra vez en la calle.
  Pero lo más bonito de esta historia es el final. Resulta que la vecina también puso un anuncio de la mamá gata en facebook y cuál no sería nuestra sorpresa cuando me dice que le han llamado preguntando por la gata y resulta que era su dueño, que la reconoció en la foto y que estaba perdida desde finales del verano.
Vino por ella y cuando la vió en la calle, la llamó por su nombre, Kity, y la gata acudió.
  Había encontrado a su dueño y volvió a su casa, y el dueño luego nos mandó fotos.
  Era un final feliz cuando los dos gatitos encontraron familia, pero más feliz aún cuando también la mamá gata encontró de nuevo a su antigua familia.
  La mamá gata, Kity, se perdió y vivió toda una aventura en la calle durante meses, sobreviviendo y teniendo gatitos, pero tanto ella como sus hijos están cuidados y felices.























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